miércoles, 23 de diciembre de 2015

¿SABES ALGÚN SECRETO PARA COMER CON MODERACION EN ESTAS FIESTAS?

10 Secretos Actitudinales  para comer con moderación

SECRETO 1. Realiza las 2 comidas principales cada día. 
Lo que más ayuda a comer de forma moderada es respetar un esquema regular siguiendo las dos comidas principales cada día. Si se abandona alguna de ellas para comer menos aumentará el apetito posteriormente y empeorará la situación de ansiedad o las ganas de comer alimentos que en realidad no deseas comer. 

SECRETO 2. Come a la velocidad adecuada. 
Ni demasiado deprisa ni demasiado despacio. Puedes invertir de 10 a 15 minutos en el desayuno, entre 20 y 35 minutos para el almuerzo y la cena, y unos 10 minutos en los tentempiés. Mastica cada bocado 15 veces y, cada tres bocados, haz una pausa y deja los cubiertos.
Establece pausas entre el primer plato, el segundo y el postre. Un truco sencillo para conseguirlo consiste en no poner todos los platos de comida a la vez en la mesa, sino poner el segundo una vez acabado el primero y el postre una vez acabado el segundo.

SECRETO 3. No hagas otras cosas mientras comes, como leer, ver televisión, hablar por teléfono o trabajar en el ordenador. 
Evita especialmente comer delante de la televisión más aún cuando emitan el telediario o programas en los que todo el mundo se grita, se faltan al respeto y hablan a la vez. Hasta las comidas más alcalinas como los zumos de verduras se vuelven ácidas cuando se consumen mientras se tienen emociones negativas.

SECRETO 4. Evita hablar con la boca llena y no introduzcas nuevos alimentos hasta no haber tragado los que tenías en la boca.

SECRETO 5. Come en la cena y después ya nada más hasta el día siguiente. 
Levantarse por la noche a comer es un síntoma de un gran estrés.

SECRETO 6. Antes de comer, huele y disfruta del aroma del alimento. 
Céntrate durante un par de minutos antes de cada comida de manera que te sientas sereno y en un estado de no estimulación.

SECRETO 7. Mantén una actitud distendida durante la comida, soslayando discusiones, prisas o ver noticias negativas en la televisión. No comas si estás estresado o enfadado.
SECRETO 8. Come en el entorno adecuado, sentado a la mesa con cubiertos, plato y vaso, en un lugar concreto de la casa y no delante de la televisión, en la cama, de pié…. 
Si a la hora de comer estás fuera de casa, hazlo en un restaurante o sentado en un parque. Come en un lugar donde te sientas a gusto. De otro modo la comida no te satisfará. Evita comer si estás de pie, caminando o conduciendo. Si no hay más remedio, en estas ocasiones elige tomar fruta. Si te toca comer en la oficina, mejor que ir directamente desde tu escritorio al comedor (¡¡que no ha de ser tu escritorio!!), sal fuera del edificio y da un par de vueltas alrededor del mismo para cambiar tu energía mental.

SECRETO 9. Planifica de forma realista las comidas del día siguiente: 
Qué comer, a qué hora, cuánta cantidad, dónde y con quien; teniendo en cuenta los días festivos, las vacaciones, los días de trabajo o estudios…Prevé también los tentempiés. 
Así no pasarás hambre que te hará comer “cualquier cosa”.

SECRETO 10. En caso de haber comido mucho o con ansiedad alimentos que no querías, vuelve a ceñirte cuanto antes al plan de alimentación que has elegido para ti. Llegado el caso, toma una comida más ligera de lo normal o ayúdate con los ayunos o los zumos de verduras y frutas.

Ana Moreno

lunes, 21 de diciembre de 2015

Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas

A veces olvidamos que somos las personas más importantes de nuestras vidas. Aprender a decir "no" cuando algo no te convence no te hace ser egoísta. Debes empezar a priorizar.
Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas

Estamos seguros de que sabes lo que necesitan los tuyos. Atiendes las necesidades de tu pareja, de tus padres y de tus hijos cada día, porque los quieres y porque te preocupas por ellos.
Ahora bien, ¿te preocupas cada día también por lo que tú necesitas? En ocasiones es complicado. De hecho muchas personas suelen pensar aquello de “si los demás están bien, yo estoy bien”.
Está claro que ofrecer felicidad a los demás, a la vez que seguridad, cubriendo todas sus necesidades, es algo primordial. No obstante, nunca hemos de olvidar que también nosotras merecemos permitirnos cosas, cuidarnos, atendernos…
Disfrutar de nuestra identidad, de nuestros espacios y tiempo cultivando una buena autoestima es algo primordial, y hoy te invitamos a que reflexiones sobre ello con nosotros.

Mis necesidades, tus necesidades

No hace mucho te hablamos del “Síndrome de Wendy“. Dentro de la psicología popular se etiqueta como “Wendy” a toda persona que se caracteriza por los siguientes comportamientos:
  • Atender a los demás en todo momento, priorizando a la pareja o la familia antes que a una misma.
  • El hecho de cuidar, de atender y de satisfacer toda necesidad de los demás, hace feliz a la persona caracterizada por el “síndrome de Wendy”. Es útil, y esa es además su forma de ofrecer amor.
  • Siempre llega un momento en que la persona se da cuenta que está ofreciendo todo su ser, sin recibir nada a cambio. Su autoestima es frágil y, a la vez, teme ser abandonada y dejar de ser “útil” para los demás.
Es posible que en tu caso no hayas llegado a estos extremos. No obstante, lo más habitual que podemos sentir en nuestro día a día es lo siguiente:
  • La sensación de “estar atrapadas”. Dispones de tu trabajo pero, a la vez, cumples con tus obligaciones en casa, con tus hijos, y puede incluso que con tus padres o algún anciano.
  • Cada día se espera de ti que hagas lo mismo, que tus esfuerces de igual manera y que tu disposición física y emocional nunca cambie. Eres esa mujer que atiende a los demás con cariño y total apertura.
  • Los demás no parecen darse cuenta de que no tienes “tiempo para ti misma“.Dan casi por sentado que eres feliz haciendo cada tarea, quitando tiempo de una parte para invertirlo en aquellos que te lo piden.
  • Cuando llega la noche te lamentas de no haber tenido ni un instante para ti misma, y cierras los ojos con cansancio pensando que al día siguiente te aguardan las mismas obligaciones.
  • De alargar mucho en el tiempo este tipo de comportamientos corres el riesgo de caer en un estado de ansiedad. Puede que tu mente se programe cada día todas esas tareas, pero tu cuerpo no podrá responder.
  • El nerviosismo, el cansancio, y el nivel de cortisol en sangre empezarán a hacer mella en tu salud física. Y, en cuanto a tu equilibrio emocional, te darás cuenta poco a poco de que has construido una especie de cárcel de la que no sabes cómo salir.
Te invitamos a poner en práctica las siguientes estrategias.

Lo que mereces, lo que necesitas

“Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas”. Piensa bien en esta frase y aplícala en tu día a día. Te explicamos cómo hacerlo.

Darte lo que mereces no es ser egoísta

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  • Hay quien mantiene la idea errónea de que disponer de una alta autoestima, esrozar el egoísmo al priorizarse a uno mismo. Nada más lejos de la realidad.
  • Lo primero que debes tener claro es que mereces ser feliz. Si tu vida está dominada por el estrés y la ansiedad, por priorizar a los demás antes que a ti, al final, caerás enferma.
¿De qué le vas a servir a los tuyos de este modo? De nada. Así que ten claro que ofrecerte lo que mereces es actuar de un modo íntegro.
  • A lo largo del día deberás dedicarte, al menos, dos horas para ti misma. Inviértelas en aquello que te haga feliz, que te permita desconectar y desarrollar tu crecimiento personal.
  • Aprende a decir no. Y por hacerlo, por poner en voz alta tu opinión y tus necesidades, tampoco eres egoísta. Eres realista. Si no deseas hacer esa tarea que te ha pedido tu hermana o una amiga, dilo. Si no deseas en un momento dado cumplir lo que te pide tu pareja, dilo. La sinceridad te hará descargar mucho peso.


Disfrutar de lo que de verdad mereces te hace libre

  • En el momento en que empieces a disfrutar de aquello que tú misma te has permitido, las cosas empezarán a cambiar. ¿Por qué razón? Porque te reconocerás a ti misma, porque te valorarás, porque se elevará tu autoestima y te darás cuenta de que lo que vales. De lo que mereces.
  • Si los demás no se dan cuenta de lo que vales, demuéstralo. No solo eres capaz de cuidarlos, atenderlos y amarlos. También eres capaz de quererte a ti misma y de facilitar tu propio crecimiento personal.
Empieza desde hoy mismo a priorizarte un poco más. Busca tus espacios de relax, practica tus aficiones, enriquécete de tus relaciones sociales y piensa siempre que eres importante en la historia de tu vida. Eres la protagonista.

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